AR.- Cada vez se publican más libros pero se conoce a menos autores. ¿Cuál dirías que es el motivo?
HC.- Bueno, en parte parece ser el funcionamiento de la mente humana, ¿no? Si hacemos una encuesta pidiéndole a un grupo que nombre una flor, es sorprendente cuántas personas piensan en "rosa" (y solo en segundo lugar "margarita").
Pero en parte también es un fenómeno sociológico apasionante, porque según el autor que citen en primer lugar definen muy claramente su nivel socio-cultural. En Francia, donde el "esnobismo intelectual" es particularmente acusado, una persona que citara a Huysmans, por ejemplo, pertenecería inequívocamente a la élite, mientras que si el primer autor fuera Dan Brown, quedaría descalificada como persona culta. Bourdieu describió muy bien estos códigos implícitos.
En cuanto a autores contemporáneos, tal vez se explique sobre todo por el filtro que suponen las editoriales, y por las tendencias actuales del mercado del libro: un puñado de best-sellers, y montones de autores que apenas venden, independientemente de la calidad de lo que escriben. Con la triste tendencia de que los "superventas" cada vez lo son más, mientras el resto cada vez vende menos.
AR.- Cuesta pensar en un autor alemán influenciado por Borges. Y siempre he pensado que la obra de Borges, que amaba las letras alemanas, con sus laberintos metafísicos y su rigor, debería ser bien acogida en Alemania.
HC.-¡En Alemania se lee mucho a Borges! También en Francia. Y en ambos países es considerado una cúspide de la literatura universal (a quien muy injustamente no concedieron el Nobel, ¡por cierto!). Creo que técnicamente el cuento o relato corto es lo más difícil. Implica condensación de la trama en una estructura rigurosa. Como decía el propio Borges, un cuento debe ser homogéneo de la primera línea a la última, no puede permitirse -como sí en cambio una novela- tener pasajes más flojos. La mayoría de los escritores empiezan su obra con cuentos, relatos y novela corta, pero estas primeras creaciones rara vez trascienden: en parte porque tal vez no lograran la perfección formal deseable, pero, sobre todo, porque las editoriales prefieren invertir en novelas largas, al parecer más rentables.
En todo caso, como dijo Borges, es "desvarío laborioso y empobrecedor el de componer vastos libros; el de explayar en quinientas páginas una idea cuya perfecta exposición oral cabe en pocos minutos".
AR.- Otra víctima serían las novelas cortas. Si hoy en día a un editor le ofreciesen "Otra vuelta de la tuerca" o "El corazón de las tinieblas" seguramente dirían que a aquello le faltan páginas. En cualquier caso, Poe defendía que lo característico del cuento era la unidad del efecto estético en la lectura. Es decir, que invoca una única emoción. ¿Estarías de acuerdo con este punto de vista?
HC.- ¡Has citado mis novelas cortas favoritas! Añadiendo "Muerte en Venecia" de Thomas Mann y las de Maupassant.
Totalmente de acuerdo contigo: la mayoría de los editores pedirían por favor un centenar más de páginas...
En cuanto al principio de unidad, estética y de efecto, sí, creo que es consustancial al género. De hecho, me pregunto si existe algún gran cuento que lo rompa... No se me ocurre ninguno. Todos los que hemos citado, todos los de Poe, Chéjov o Borges, mantienen la unidad de "la atmósfera" de principio a fin, a menudo orquestando una gradación de la emoción, que se va intensificando, sin cambiar de naturaleza. Sin embargo, la novela corta (en el sentido de "nouvelle"), al ser un subgénero un tanto híbrido, a caballo entre el cuento y la novela, sí permite mayor libertad.
AV.- El único que se me ocurre es el anti-cuento de detectives de Poe "Tú eres el hombre".., por cierto, ¿qué opinas de "El corazón delator"?
HC.- ¡A mí me encanta! Pero con Poe no puedo ser objetiva, es uno de mis grandes amores de adolescencia.
AV.- Se nota la influencia en los dos primeros cuentos de "Almas brujas"
HC.- Y Borges...
AV.- Lo que plantea... La perenne actualidad de los clásicos...
HC.- ¡Esa es la mejor definición de un clásico! Una obra que toca temas tan profundamente universales que siempre es actual, pues aunque pase el tiempo y cambien las circunstancias, la condición humana de todas las épocas y todos los lugares siempre es la misma.
AV.- Hablando de clásicos... ¿Te atreverías a hacer una lista de diez cuentos clásicos que todo el mundo debería leer?
HC.- ¡Me resulta dificilísimo elegir solo 10!
AV.- Intentémoslo...
HC.- "Cándido" de Voltaire.
AV.- ¿La pregunta que formula Cándido sigue vigente hoy en día? ¿Debemos preguntarnos si vivimos en el mejor de los mundos posibles?
HC.- Sobre ello escribí un libro, "Cándida diplomática" (Algaida, 2011) que es una ilustración moderna a esa pregunta. No conocemos otros mundos para poder comparar, ni sabemos cuales son "las condiciones de posibilidad" de un mundo, pero si este fuera el mejor, los demás serían infiernos de un horror inconmensurable. Nuestro mundo me parece atroz. La propia vida se nutre de muerte, la existencia es dolor. Aún así, creo en la felicidad. Y creo que el optimismo, como actitud consciente, lejos de ser "cándido", es la única forma lúcida de vivir. Un optimismo que consiste en saber que es posible crear una pequeña burbuja de paz y armonía. Y luchar por ella. Es la lección de Cándido: "il faut cultiver son jardin".
AV.- Continuemos...
HC.- De García Márquez: "Del amor y otros demonios" (más bien novela corta) y "La santa" (uno de sus "Doce cuentos peregrinos").
De Joyce, todos los cuentos incluidos en "Dublineses" y entre ellos: "Los muertos".
De Borges: "El Aleph", "El libro de arena", "La biblioteca de Babel", Pierre Menard, autor del Quijote" y, si tuviera que elegir mi preferido de entre mis preferidos, "Las ruinas circulares".
De Poe: "El gato negro", "El pozo y el péndulo", "La caída de la casa Usher", "El barril de amontillado", "Ligeia"...
De Chejov: "El pabellón número 6" (la historia del Dr.Raguin es uno de los cuentos más oscuros de Chéjov), "Dushechka", " La dama del perrito" ...
De Maupassant: "El Horla"...
Me temo que no soy capaz...
AV.- En realidad es más una pregunta orientada a los gustos personales que otra cosa... A mí me vienen a la cabeza "Gogol" con "la nariz" ...
HC.- ¡Y "El abrigo"! ¡Y "el abrigo"! ( Dicho por los dos a la vez)
AV.- Y es que por mucho que uno haya leído siempre quedan en literatura nuevos autores que descubrir. Para finalizar la entrevista, ¿cuál es la pregunta que siempre has querido que te hiciesen pero no te han hecho?
HC.- La pregunta que nadie me hace, pero que para mí es importante: ¿por qué has elegido el español para escribir?
¡El caso es que no lo he elegido! Al menos no de forma permanente ni definitiva. Pienso en varios idiomas. Sueño en varios idiomas. Y escribo también en varios, porque cada uno es una parcela de mi ser, casi estanca, con recuerdos y vivencias distintas. Tengo una obra paralela en francés, que tal vez algún día saque a la luz.
El último libro de relatos de Helena Cosano se titula Almas brujas.
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